Segundo fragmento de Side A /// Side B

 

 16 de febrero.

Otro día, distinto, igual al anterior.

Hablemos del arte, hablemos de cómo se difumino esa barrera tan finita que es la percepción. Me pregunto: ¿Hay gente que muere con Miró? Yo me muero con Leonilda González, con Kirchner, Arroyo. En cambio, detesto a Dalí. Detesto también a Remedios Varox, amo a Mary Cassat. Frida Khalo es deleznable, Maruja Mallo una verdadera vanguardista.

¿Cine? ¡Claro! Haneke, Kieslowski, Martel, Ozu, Tarkovsky, Buñuel (antes que se ponga a hacer comedias románticas espantosas) Wajda, Highsmith, Rebella, Stoll, Rejtman, Sontag, Mekas, Kubelka, Rubin, en fin. Si me sirvieran mi sangre en una copita de grappa, la bebería mirando algo de ellos. No se confundan, no hablo de que la sangre sea una extensión o siquiera una mínima parte perteneciente al alma, ¡no! podríamos divagar sobre qué es el alma, si es verdad que pesa 21 gramos, si de verdad cuando nos morimos, esta especie de estela difusa y llena de colores se desprende de nuestro cuerpo y se eleva hasta el cielo, atrapada en este mundo que va muriendo de a poco bajo cuidados paliativos. De música me parece que no es necesario hablar, está todo dicho, ¿no? díganme, rompamos con algo de una vez, la putisima madre.

´´¡Now! I want be someone
Let me be´´

Entradas más populares de este blog

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Los dioses salvajes.

El Verbo se hizo carne