va mas allá de todo eso
mosaicos a los alrededores de la ciudad en pausa
un café enfriándose junto al estupor de aquel niño
luces colocándose por encima de las vigas
y todo está justificado
por el camino ebrio y arruinado
las heladas y el tiempo nadando a contra mano
tus uñas acobijando aquello que quedó entrelazado
con el vino
la cerveza
y el espacio que se tropieza con el mismo arroyo oxidado.