...

 

Había por ese entonces un aire lirico y húmedo

En el otro lado del rio

Escribía sobre todo lo que podía

 

Los ojos de esa mujer

La euforia juvenil de un viejo

La botella de ginebra Bols

Que escondía en mi abrigo

Las ampollas en mis pies

Las botas de cuero desgastadas

Las pensiones que cruzaría en el centro de Buenos Aires

La nostalgia, el abandono

Todo por ese aire raro

Que me visita alegando emociones cada tanto.

Entradas más populares de este blog

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Los dioses salvajes.

El Verbo se hizo carne