&&&

 

Pronosticaron el hundimiento de nuestro barco

Dos desprolijos e imbéciles poetas

Por lo que nos encerramos en el baño de un bar sin nombre

Y sobre la pantalla de tu celular astillado

Estiramos con fuerza la cuerda endeble que mantiene a las horas

Cómo trenes de descarga sin rumbo

Atascados por besos descoordinados

Y una marea inamovible de personas.


Entradas más populares de este blog

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Los dioses salvajes.

El Verbo se hizo carne