Un poema gótico y rural
Despertamos para
atender
El espectáculo que ahí
fuera
Nos quieren ofrecer
Las flores se agrupan
con tu tibio pelo
Formando una umbela de
extraña simpatía
Y yo a lo lejos solo
me permito
Derretirme con el café
recién molido
Vayamos a
conocernos
Disipados en la lluvia
extraña
Juguemos a reconocer
nuestros cuerpos
Con la luna
bestia de invitada
Dejemos de ser
esclavos
De aquello que soñamos
Y descolguemos
nuestras manos
Para hundirlas en el
lago eterno
El invierno no nos va
a esperar
Entregando la energía
entre madera humedecida
Y ella que se
confundía
Con el retorno y las
despedidas
Permitámonos entrar
En el paisaje gótico y
rural
Que buscamos sin
pensarlo
Y el destino nos
empujó a estar muriendo acá