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El bar Azul me está esperando

A punto de partir

No acepta más pasajeros.

Sus pasillos desprenden

Un hedor que no logro identificar.

Hay música suave

Sonando en los rincones.

Voy a darle una chance, a ellos

Y me quedaré sentado

Al lado del teléfono publico

Aguardando, con los dientes apretados

Por el miedo

Con la mesa vacía

A que encienda su motor el bar Azul

Y nos arrastre a todos

Por el barro mudo

Con la música nivelada, tambaleando

Hipnotizante, mezquina.

Llegando a sufrir las curvas

me sostendré de la fuerza del cable del teléfono

Mientras el resto se golpea contra los techos de cristal

Despojados de la gravedad, madre de nuestros tiempos.

Sospecho que lo saben, sus miradas me han dado el dato

Saben que no me interesan sus almas, honradas

Ellos dirán lo mismo de la mía, ingratos

Solo no quiero morir

Cuando llegue el final y descubran quien soy

Pegado a la electricidad

Mojado de espanto

Indefenso, teletransportándome a mi hogar

Su imagen perdurable

Dibujada ante mis ojos

Destruido, reducido a las brasas

Y la mano de mi madre.

Todo esto danzando sin la música en mi cabeza

A mitad del camino, en la ruta oscura

Todos saben quién soy

Y eso significa que estamos saboreando la llegada

Del final

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