Los dioses salvajes.
Es imposible dejar la emoción de lado. Se aproxima uno a la figura del cantante como quien se mueve imitando a un ave prehistórica en busca de alimento. Está de este viaje no se sale ileso. Todos somos dioses salvajes. Todos podemos traer nuestros espíritus hasta abajo, si nos sentimos azules. Todos somos dioses salvajes, capaces de empujar el cielo una tras otra vez. Vuelve a estar presente el lago. Ese lago que está en Wangaratta. Bajo un puente donde cruzaban autos, al costado de las vías. Visitado por Cave y sus amigos con sus biciletas. Y a pesar de haber dicho cosas no especialmente buenas respecto a ese lugar donde nació, Wangaratta, hoy en día se arrepiente y vuelve y lo recuerda con mucho cariño. Ese lago es un paisaje bastante significativo en la obra del australiano. Presente en Sad Waters (1986), aunque en un cover también en Muddy Waters (1986). Un paisaje al que vuelve Cave siempre a pesar de haber abandonado Australia como lugar de residencia hace 45 años. ...