13.

 

Polvo con sabor amargo

Adelantan las guitarras

Y disparan por mi cuello

Como arañas que trepan devuelta a su tierra

 

Y va otra tras otra

El baño del bar

 entretenido se ríe

De su aspecto

de sus actos

Pedantes

 indecorosos

 

Cuando me encierro en mi palacio de marfil

Rodeado de calaveras con intenciones eclesiásticas

Busco los sentidos

hurgando en los recovecos

El sortilegio que aplane mi destino inequívoco

 

Por qué voy a crear un laberinto de palabras

 de calles empedradas y grises

Un empíreo inalcanzable y oscuro

Proveniente de la fugacidad de la vida

 del encuentro y de lo profundo de mi alma


Entradas más populares de este blog

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Los dioses salvajes.

El Verbo se hizo carne