Campo

 

Montes nauseabundos charlan entre sí

 con sus voces caracterizadas por la disfonía

Apáticos momentos de soledad los ahorcan

Los grillos hacen de banda sonora y los acompañan

como una orquesta preparada

 para el inminente naufragio

Vendrían a ser lo que al ser humano significa escuchar un piano bien tocado estando en un estado profundo de soledad

Los montes no tienen cigarros ni vasos a los cuales besar

 no tienen cosas que mirar

Se tienen a ellos mismos y a la gélida noche del campo

Giran sus cuerpos y está la nada

 el horizonte,

que es la línea divisoria

entre la vida y el desastre.


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