Un beso de napalm


 El cenit merodeando tus encías adormiladas

Apresuradas por la decisión asesina y despiadada del tiempo

Viendo al resto de figuras que como un flash te obnubilan

Y hoy están rendidas al tibio espacio enloquecido

 

Una tertulia lunática continuaba entre los hombros de aquel muchacho

El calor el aire y la lengua del temblor bailaban sin pudor alguno

Sellados a fuego por una entrañable conexión

Que sería difícil de explicar


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