Ebrio como un capitán

 Borracho

Abro la heladera por enésima vez

Esperando que esta vez mi suerte sea distinta

Aunque por supuesto, solo encuentro, en el segundo estante

El ramo de jazmines que me obsequiaste

Cuando iba sobrio, poseído por las guirnaldas y acompañado por un frío descomunal

Que sirve como un augurio estrepitoso


Luego camino , con el cigarro en la boca

Dibujando líneas en el techo 

Que como campos indomables desprenden un cierto aroma característico


espero que alguien me llame por teléfono

Buscando respuestas

Sobre las llamas y el incendio sin precedentes que tomó lugar alrededor de la ciudad

Y yo simplemente mandarlo a cagar.

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