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El sol

Lo escucho refractarse en la ventana

Y no cuento ni con las ganas

Vértigo posado en las venecianas

Hambre alojada en el filo de una verde lata

Me pesan los parpados

Y las gotas lloran por mi cara, derramadas

Descendiendo de forma automática

Esperando reacciones corporales de caos y fantasmas

Tinta impregnada

Metales como patrones familiares por la cuadra

Y yo sin ganas de nada

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