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Mostrando las entradas de julio, 2022

Calidez en el ambiente infernal.

  La araucaria, plantada en la vereda, llegaba con su alto y robusto cuerpo hasta donde me encontraba yo. Fumando sin ganas en el balcón de un sexto piso en un barrio sin nombre. Sus hojas se agitaban, recibiendo golpes de un enemigo superior que las obligaba a tambalearse, a bailar con el clima y el rumor de la noche. escupía agua residual de una lluvia pasada, directo a mis pupilas y a mi cigarro, que respondía a las agresiones soltando pequeños susurros, pero que eran fulminantes. Al entrar de nuevo a la casa, la noté quieta, desanimada y triste. Quería envolverla de calidez y sentido, así que puse a girar un disco de jazz, Stan Getz o Coltrane, no recuerdo bien quien era su autor. Preparé el ritual al cual iba a someterme en unos minutos, ordenando el despelote y lavando los platos ensangrentados por la salsa rosa. Arrojé los ravioles despedazados que sobraban en el plato, como cadáveres mutilados, a la basura. Tachado eso de la lista, continué por teñir de rojo intenso una cop...

9.

Los espacios se cierran junto a la esperanza perdida del malevo solitario La última pitada sale de su sombra con resonancia cósmica Deambula por Ituzaingó y se pierde llegando a la catedral nocturna   En la habitación podrida las cuerdas de la Fender tristes, Esperan cansadas de escuchar simples plegarias Quieren ser otra cosa   algo mas que sirva para controlar lo que se esparce por la ciudad   Se mueve descalzo por la cuadra. Acá nadie destaca   después se preguntan. Un suave viento tenso anida la marea complicada Ordenes taxativas   cristales rotos en las manos desgarradas Atravesado por la locura y aturdido por la nada Acá nadie destaca   después se preguntan.

28

  Tengo programada una tertulia con la muerte En la intimidad en la soledad de mi estanque Echaremos a volar dos mil agujas hacia el cielo Río puntiagudo de misterios   Lanzo el cigarrillo por la ventana cuando el ambiente sufre una herida Ella traza besos y conjuros por mi cuerpo etéreo     y yo   inmóvil   Mirándome va   con deseo   la pasión helénica   preparando la despedida.   Y yo Entero   nadando con las nubes destruidas

27.

Montevideo es así retro-romántica Decadente   hermosa Desbordante de poetas e intelectuales. Los músicos descansan en cada esquina Disfrutando el aire gris y un tabaco mojado por una fuga.

24.

  Cuello escarlata Divagando a través de callejones invisibles Bocinas dialogan, allí donde muere dieciocho de julio Y yo transmuto mi interpretación del mundo en un caminar dividido que va luchando contra el frío nauseabundo de la noche Virando entre los laberintos que siempre son los MÍOS   voy solo y con un calor desecho en lágrimas de tilo Nunca se termina un poema   se abandona   por supuesto Yo abandono mis ideales   mis posturas y mi ingenuidad Despierto, solo para ver un frondoso amanecer   invadiendo las iglesias.   20/07/2022.

1.

  Mi saco negro flota inerte Junto al perfume grisáceo de mi ADN Sostengo los cuadros con las manos Raspando los marcos con mis uñas acogiendo a la maldad   No soy tu estatua preferida Tengo vida en cada bocanada de humo En cada filtro asesinado contra la mesa En cada sonrisa que demuestra mi garganta   Hasta el hueso capaz de encontrar el sentido alguno ¿Dónde te escondes? Precioso vestigio de la noche enfurecida En ese hombre histriónico que canta con el fuego Atrás de la cortina de tela pulida

Inconcluso

  Me acostumbré a vivir de forma espartana. Arrastrando una forma errante. Aspirando alquitrán, desayunando ensalada de rúcula y tomate y destinando mis pocas fuerzas a caminar a la mañana. Respiraba el aire claro y paradigmático. La gente apurada hacia círculos a mi alrededor, como si fuera un barco encallado, una fogata, una luz estrellada, algo que ellos anhelaban. Yo era una entelequia, dispuesto a corroer los olores que tanto daño hicieron a la población. De todas formas, quizás, y lo más seguro era, que adoraban mi libertad. Yo no respondía a nadie, no trabajaba para nadie, no cumplía horarios ni moría por comprar un auto. Por la mañana caminaba y escribía de forma enfermiza, por la tarde bebía té "chamomile citron" con mi novia, y a la noche corregía aquellos líquidos que mi cuerpo largaba en los papeles desparramados de la casa. Mi morada era decente. El balcón daba a la calle Durazno, a la altura de Jackson. Vivía con dos perros que había rescatado de las...

2.

El olor de tu saliva me quedó en los dedos Y ahora te veo Venir hacia mí cruzando Sin ver  por la selva Tupida de caras deformes Gusanos de cinco círculos Pintores elocuentes Drogas limpias y de venta libre a sabiendas de que voy perdido tras tu mancha entre los versos y el delirio los flashes y mi afán encarnado por desdibujarme de aquello que fuimos Te saco una foto mientras lloro desnudo entreteniendome con sub mundos imaginados Atrás del gusto de tus brazos bailando como un dibujo intrincado que se me escapa constantemente El mundo ardiendo en un vaivén violento Sin contar con nosotros que ocupados caminamos , retrasando el tiempo Junto a imágenes que atacan cavilando los espejos a pesar de que cuente con doscientas preguntas inconclusas que esperan, rascando la puerta tu regreso.

14.

  La emoción se cernía sobre nosotros Rumor de ave nocturna Irrumpiremos en los castillos   a través de los postigos Bailaremos juntos la danza de la melodía   sin recelo alguno   me voy a trasladar   más tarde por la senda ponderosa Por qué cargo cuatro mandamientos Y sinuosos movimientos Fulminantes   de tristeza y desesperación

13.

  Polvo con sabor amargo Adelantan las guitarras Y disparan por mi cuello Como arañas que trepan devuelta a su tierra   Y va otra tras otra El baño del bar   entretenido se ríe De su aspecto de sus actos Pedantes   indecorosos   Cuando me encierro en mi palacio de marfil Rodeado de calaveras con intenciones eclesiásticas Busco los sentidos hurgando en los recovecos El sortilegio que aplane mi destino inequívoco   Por qué voy a crear un laberinto de palabras   de calles empedradas y grises Un empíreo inalcanzable y oscuro Proveniente de la fugacidad de la vida   del encuentro y de lo profundo de mi alma

El diario de ayer

Una paliza un hechizo una revelación O una simple alucinación de mi alma La naturaleza está impregnada De momentos de gloria y de sustancias poderosas   Bajo a comprar el diario de ayer Le pido algo de plata al canillita no tenía para comer y sin embargo no le exigí demasiado al llanto   Desarrollé una enemistad mortal y permanente Con el mutismo Atestando las calles con mi sombra Descreyendo de mí mismo     Hay parámetros que necesitan ser quebrantados Hay otros exiguos comentarios insolentes Distintas tribunas que sueltan opiniones En tiempos donde eso perdió valor     "En fin, a cada uno le toca su suerte, y ninguna es fácil" Hace tiempo no vuelvo a mi ciudad Y no sé qué puede estar esperándome La magia segura abandonó la cuadra   Tras las esquinas dibujadas El asfalto quemado Bocinas que no ven nada claro Miseria desperdigada en la puerta del supermercado

Un beso de napalm

  El cenit merodeando tus encías adormiladas Apresuradas por la decisión asesina y despiadada del tiempo Viendo al resto de figuras que como un flash te obnubilan Y hoy están rendidas al tibio espacio enloquecido   Una tertulia lunática continuaba entre los hombros de aquel muchacho El calor el aire y la lengua del temblor bailaban sin pudor alguno Sellados a fuego por una entrañable conexión Que sería difícil de explicar

Fiebre inquisitoria

Note tu desazón Era la mitad de enero Corría un aire raro Y jugaba a querer ver otro invierno   Contagiaban la fiebre A través de la televisión De las pancartas Con alusiones vacías y llenas de preponderancia   Recorrimos la partitura del amor Cuando nadie quiso hacerlo Y a pesar de que todo se manchó de tinta Nunca tuvimos sed   Y los ronquidos de los cetáceos Eran el disco que giraba sin parar ¿Que pensas que es lo que veo ahora después de todo? Solamente una carretera dormida y mistérica   Y lloré y lloré toda la noche El vino salía por mis ojos al enterarme Que ella había vendido su alma en una sesión solemne Por un maelstrom de luminosidad

SENZA PAURA

-´´Vamos con una cerveza negra´´, dijo Marcelo.   Frotábamos una mano junto a la otra, intentando denegar el frio. Se escabullía el humo por mis dedos al mismo tiempo que la música escapaba del pub de enfrente cuando el patovica junto a su campera símil cuero, abrían la puerta para dejar pasar a alguien.   -´´ No sé, ando mal del estómago´´, repliqué con el mozo ya apoyado en nuestra mesa.   -´´Senza paura!, escupe Marcelo tratando de arrastrarme a la inevitable velada que se aproximaba. Acepto a regañadientes y escruté los bolsillos internos de mi saco para ver si tendría suficientes cigarrillos para soportar el caos nocturno. Antes de que el mozo salga disparado de la mesa en busca de nuestro elixir, al percatar mi falta de tabaco, le encargo que me alcance un paquete de Lucky Strikes y vuelvo mis ojos por un instante hacia el cielo, donde las nubes bullían, errantes.     Corrió la noche y su especial aroma, junto a las charlas de tono profundo...

Una caja de zapatos

  Se refugió en la cinemateca de ciudad vieja, intentando bloquear la idea de volarse la cabeza con la nueve milímetros que tenía guardada en una caja de zapatos Nike, debajo de su cama. Se hundió en los asientos, esperando para ver una de Rhomer, parte de un ciclo que conmemoraba algo que no advirtió. Admiraba el silencio previo al comienzo de la función. La respiración de un viejo, el brillo de un celular lejano que actuaba como farol inquietante, rompiendo la oscuridad. Se concentró en las personas, en sus reacciones. Miraba las manos de los que estaban en la fila de adelante, a través de las rendijas que separaban un asiento del otro. Manos surcadas, cargando con arrugas. Otras jóvenes, con anillos en los dedos. Salió de la sala abotargado, indeciso. Se dejó llevar, intentando confundir a sus ideas. Necesitaba el aire que ofrecía la rambla, por lo que fumó un cigarrillo afuera del recinto, cerca de la gente que se encontraba sentada en las mesas, tomando café, para molestarlos ...

Campo

  Montes nauseabundos charlan entre sí   con sus voces caracterizadas por la disfonía Apáticos momentos de soledad los ahorcan Los grillos hacen de banda sonora y los acompañan como una orquesta preparada   para el inminente naufragio Vendrían a ser lo que al ser humano significa escuchar un piano bien tocado estando en un estado profundo de soledad Los montes no tienen cigarros ni vasos a los cuales besar   no tienen cosas que mirar Se tienen a ellos mismos y a la gélida noche del campo Giran sus cuerpos y está la nada   el horizonte, que es la línea divisoria entre la vida y el desastre.